La Capsulitis Adhesiva, también conocida como hombro congelado, es una condición médica que afecta a la articulación del hombro. Se caracteriza por la inflamación y el engrosamiento de la cápsula articular, una estructura que rodea la articulación del hombro. Dicha cápsula contiene el líquido sinovial que es necesario para lubricar la zona y permitir su funcionamiento normal. Posee una serie de moléculas en su interior que nutren la articulación.
Esta condición a menudo se desarrolla gradualmente y pasa por diferentes etapas.
En la fase inicial, el paciente suele experimentar dolor en el hombro, que puede aumentar con el tiempo de forma gradual o de forma directa.
En la segunda etapa, la rigidez en la articulación comienza a ser más evidente, y el paciente empieza a mostrar dificultades para realizar las actividades de la vida cotidiana, sobre todo las que necesitan subir los brazos por encima del nivel de la cabeza, o hacia la espalda.
En la tercera etapa, la movilidad del hombro se ve significativamente reducida, y la incapacidad es bastante más notoria. El paciente necesita ayuda para realizar algunas de las actividades sencillas, por limitación de movimiento y por dolor.
Es una patología que puede curarse y tratarse siempre que se lleven a cabo las medidas oportunas. Es importante buscar la orientación de un profesional de la salud si se experimentan síntomas de capsulitis adhesiva, ya que un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado pueden ayudar a mejorar la condición y prevenir complicaciones a largo plazo.
¿De qué hablamos?
Síntomas propios del hombro congelado.
Como hemos visto, el hombro congelado es una patología bastante limitante y compleja que engloba diferentes aspectos a tratar dentro de la articulación del hombro. Los síntomas comunes de la capsulitis adhesiva incluyen dolor en el hombro, rigidez y pérdida progresiva de movimiento en la articulación. La condición suele desarrollarse gradualmente y pasa por diferentes etapas. En la etapa inicial, se experimenta dolor y molestias que pueden empeorar con el tiempo. La segunda etapa implica una mayor rigidez, y en la tercera etapa, la movilidad se ve significativamente reducida. Vamos a explicar los síntomas por separado de una forma más específica:
- Dolor en el hombro: La persona afectada puede experimentar dolor en la parte exterior del hombro, que tiende a empeorar con el tiempo. El dolor puede ser agudo y punzante, especialmente durante los movimientos del brazo. También es común dolor punzante a punta de dedo en la parte anterior y superior del mismo. Este dolor puede manifestarse especialmente al movimiento de la mano por encima de la cabeza y los movimientos hacia la espalda.
- Rigidez en el hombro: La rigidez es un síntoma característico de la capsulitis adhesiva. La cápsula sinovial que rodea la articulación se retrae y pierde la elasticidad que la caracteriza. Los pacientes pueden notar que tienen dificultades para mover el hombro en ciertas direcciones. Esta rigidez puede afectar la capacidad de realizar actividades cotidianas, como peinarse o alcanzar objetos en estantes altos.
- Pérdida progresiva de la movilidad: A medida que la condición avanza, la movilidad del hombro se ve significativamente reducida. El paciente se puede volver dependiente en diversas situaciones como las explicadas en el apartado anterior, y es muy común la utilización de artilugios domésticos que ayuden a la práctica.
- Dolor nocturno: Como toda patología con características inflamatorias, tiende a dolor en reposo o cuando no hay movimientos amplios. La propia presión inflamatoria y la retracción de la capsula articular son motivos suficientes para producir dolor, que tiende a ser más intenso por la noche. Es común que esta patología afecte la calidad del sueño de la persona que lo padece.
Es importante destacar que estos síntomas pueden variar en intensidad de una persona a otra, y la progresión de la capsulitis adhesiva puede ser diferente en cada caso.
Cuales son las causas que lo provocan
La causa exacta de la capsulitis adhesiva no siempre es clara, aunque los estudios muestran que hay varios factores que pueden contribuir al desarrollo de esta condición. Algunas de las posibles causas y factores de riesgo incluyen:
- Lesiones o traumatismos en el hombro: Lesiones en el hombro, como caídas o impactos, pueden desencadenar la inflamación en la cápsula articular, lo que eventualmente lleva a la rigidez característica de la capsulitis adhesiva.
- Inmovilización prolongada del hombro: Situaciones que requieren la inmovilización prolongada del hombro, como el uso de cabestrillos después de una cirugía o lesión, pueden aumentar el riesgo de desarrollar capsulitis adhesiva.
- Condiciones médicas preexistentes: Personas con ciertas condiciones médicas, como diabetes, tienden a tener un mayor riesgo de desarrollar capsulitis adhesiva. La relación exacta entre estas condiciones y la capsulitis adhesiva no está completamente comprendida, pero se ha observado una mayor incidencia en personas con diabetes.
- Problemas en los tejidos circundantes: Problemas en los tejidos circundantes, como tendinopatías del manguito de los rotadores o bursitis, pueden aumentar la probabilidad de desarrollar capsulitis adhesiva.
- Factores genéticos: Algunos estudios sugieren que puede haber predisposición genética a desarrollar capsulitis adhesiva. Las personas con antecedentes familiares de la condición pueden tener un mayor riesgo.
Es importante destacar que, en muchos casos, la capsulitis adhesiva se desarrolla sin una causa aparente. Además, estas causas no son excluyentes y varios factores pueden interactuar para contribuir al desarrollo de la condición. Si alguien experimenta síntomas de capsulitis adhesiva o tiene factores de riesgo, se recomienda buscar la evaluación de un profesional de la salud para un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento apropiado.
Tratamiento y ejercicios de fisioterapia para el hombro congelado
El tratamiento para la capsulitis adhesiva suele ser progresivo y puede implicar una combinación de enfoques para aliviar los síntomas y mejorar la movilidad. Los enfoques suelen dividirse en tres grupos:
Tratamiento farmacológico
O bien mediante medicamentos antiinflamatorios y analgésicos: recetados y directamente adquiridos en farmacias, sirven para reducir el dolor y la inflamación asociados con la capsulitis adhesiva, o bien con inyecciones de corticoesteroides. Se pueden administrar también en la articulación del hombro por medio de un especialista con el mismo objetivo que los primeros.
Manipulación bajo anestesia
En algunos casos, se puede realizar un procedimiento en el que el paciente se somete a anestesia y el médico manipula el hombro para romper la adherencia en la cápsula articular y mejorar la movilidad. También puede inyectarse una solución acuosa con capacidad para disolver adherencias. En casos más severos, la cirugía puede ser una opción a valorar.
Fisioterapia
La fisioterapia desempeña un papel crucial en el tratamiento de la capsulitis adhesiva. Los fisioterapeutas pueden diseñar programas de ejercicios específicos para mejorar la amplitud de movimiento en el hombro y reducir la rigidez. Estos programas a menudo incluyen ejercicios de estiramiento y fortalecimiento.
Qué hacer y qué no hacer en caso de padecer capsulitis adhesiva.
La capsulitis adhesiva es una patología compleja que en general no posee contraindicaciones, aunque sí se pueden recomendar una serie de cosas. Es una enfermedad que se caracteriza por la falta de movimiento, por lo que no se recomienda el reposo prolongado. Por otro lado, suele ser dolorosa, por lo que se deben evitar movimientos bruscos o repetitivos que reincidan en el dolor del paciente. Por último, se recomienda encarecidamente seguir las recomendaciones de tu fisioterapia, en lo referente a medicación y en movimiento.
Dónde tratar el hombro congelado.
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